Los Enamorados es una de las cartas más positivas del tarot, especialmente del tarot del amor, donde se la identifica inmediatamente con el éxito en la consecución del amor. Sin embargo, pensar solo en esta faceta de la interpretación de este complejo arcano es minimizar su significación final. Una profunda simbología se encuentra encriptada dentro de la ilustración que embellece este naipe. Y es en esta misma ilustración donde será posible extraer toda la información para desentrañar el significado último de este interesante arcano.
Para comenzar, vemos una pareja, hombre y mujer en completa desnudez. Esto no hace referencia tanto al encuentro sexual, sino a la inocencia completa de la que las personas gozan antes de caer de su estado de gracia, tal como Adán y Eva antes de ser expulsados del paraíso. Refuerza esta idea la imagen de la serpiente enroscada en un árbol, que se ve sobre el lateral izquierdo, detrás del hombre. Sus manos están entrelazadas en algunas versiones, lo que demuestra la relación especial que estos amantes tienen entre si, y da cuentas de una elección racional, es decir, ellos están juntos porque así lo han decidido. No se trataría entonces de una pulsión irrefrenable como la del Diablo, sino a algo deseado que se busca activamente.
Encima de ellos, la imagen divina los sobrevuela. Dios está en todas partes, hasta en el seno de los amantes que se creen libres porque se han elegido. Pero si no contaran con la bendición divina, es poco lo que su felicidad durará. El amor es lo que en realidad los conecta con la divinidad. El hombre mira a la mujer, embelesado, y ella es quien le transmite la idea de Dios. Pero, como en el relato bíblico, es quien también puede apartarlo del paraíso. En consecuencia, esta carta valora especialmente las elecciones personales.
Cuando queda revelada en la tirada del tarot del amor nos dice que la relación tendrá un buen futuro, siempre y cuando los amantes continúen eligiéndose mutuamente. La voluntad es la que maneja las emociones, y si no existiera esta voluntad de elegirse y de elegir, los sentimientos quedarían truncos. Si no primara la voluntad, la firme creencia de que nuestros sentimientos son buenos, no habría felicidad posible. Por eso, esta carta mezcla tan acabadamente los sentimientos y el poder personal de obrar sobre el mundo que nos rodea. Está en el consultante tomar las decisiones adecuadas, y no terminar en desgracia, como la primera pareja de seres humanos.
Jesus Morrison 